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jueves, 27 de julio de 2017

Nunca hay que rendirse y si no, preguntarle a Arthur


Arthur Boorman era un paracaidista que durante la Guerra del Golfo sufrió una mala caída perjudicando rodillas y espalda. Quedaron tan dañadas que los médicos le dijeron que nunca sería capaz de caminar por su cuenta..


Tras el duro golpe empezó a buscar formas de callar a los médicos y muchos años después Arthur encontró un artículo en una revista sobre un luchador profesional llamado Dallas Page que recomendaba el yoga como medicina alternativa y decidió darle una oportunidad. Arthur le envió un correo electrónico a Dallas explicándole su historia, Page se sintió tan conmovido que animó a Arthur a seguir adelante sin rendirse.
A pesar de que lo que le dijeron los médicos sobre que nunca iba a volver a caminar, Arthur nunca se rindió. Cayó muchas veces, pero se volvía a levantar. En cuestión de 10 meses, Arthur perdió peso y recuperó fuerza, logró andar sin ayuda de ningún aparato e incluso volvió a correr.


Mira cómo se lo ha conseguido



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domingo, 2 de julio de 2017

Aborta a su bebé por padecer Sirenomelia

En china una mujer de 24 años de edad llamada Wu, decidió ponerle fin a su embarazo después de seis meses tras someterse a una exploración.


Wu fue examinada por los médicos de la ciudad de Yichang, los médicos se percataron de que su bebé no tenía dos piernas, tenía una ‘cola’ debido a una malformación entre ambas. También vieron que el feto tenía un retraso en el crecimiento del hígado y no tenía vejiga.


Según los médicos allí presentes el feto sufría de ‘sirenomelia‘ o ‘síndrome de sirena‘. Una malformación congénita muy poco frecuente, cuya principal característica es la unión de las piernas, dando la apariencia de una cola de sirena.


A pesar de su largo tiempo de gestación, Wu no tuvo más remedio que ponerle fin al embarazo, después de que los especialistas dijeran que el bebé sólo sería capaz de sobrevivir durante unas pocas horas tras nacer.


Las causas de dicho síndrome aún son un misterio para la medicina, se dice que sólo ocurre una vez cada 100.000 embarazos.


El caso más documentado el de Shiloh Pepin, una niña de Estados Unidos que falleció en el año 2009 a la edad de 10 años


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